sábado, 5 de septiembre de 2020

miércoles, 27 de mayo de 2009

MIS VALORES

De lentes negros, jeans y camisa informal camino por la calle solo. Nadie me conoce, a nadie le afecta mi presencia. Todos me esquivan, tanto la mirada como por la vereda. Nadie se me acerca. Eventualmente alguien me dice la hora, yo siento su esencia, intento distinguir si son buenas o malas personas. A veces me equivoco.
Aprendí que lo que interesa es el interior de cada persona. Lo que piensa, en lo que cree. Todo el mundo circula con sus problemas y su vida a cuesta, pero nadie se pone a mirar las aves, oler una flor, tocar el viento.
Nadie sabe todo lo que tiene, todos quieren más. No aprovechan los dones que tienen, lo que les parece algo de todos los días puede no ser común en todos. Einstein si no me equivoco dijo alguna vez que hay dos formas de ver la vida: una es creer que nada es un milagro, otra es estar convencido de que todo es un milagro. Desde mi punto de vista vivo cada obra creada como un milagro.
Al bañarse hay que disfrutar el agua caliente, porque no sabes cuándo se va a acabar. Tenés que apreciar la música del Cd que te encanta, porque no sabes cuándo se te va a rallar. La vida te va poniendo a prueba, yo reprobé.
Hoy entendí que la vida está llena de oscuridad, para poder apreciar esos momentos de luz que brillan aún más.
Hoy, doy gracias a Dios por ser ciego, así conozco en profundidad a las personas.

SOLEDAD

¿Alguna vez te preguntaste si podías sentirte solo estando rodeado de gente? bueno, la verdad es que si. Todo empezó aquel martes lejano, mejor dicho todo termino aquel martes lejano. Empecé mi día levantándome tarde, mi reloj despertador se averió y la señora gritona de al lado por hoy decidió callar. Llegué un tanto retrasado a la fábrica, el tren también amaneció tarde hoy. En horarios del mediodía empecé a creer q algo andaba mal.
Las luces no brillaban tanto como en días anteriores, el silbido del horario de descanso sonaba más grave y hasta las paredes empezaron a tornarse un tanto más grises. Pero no fue sino hasta el horario de salida cuando camino a casa de Zaira me topé con mi abuelo. Un ser tan extraño como viejo. Un tanto distraído, lo traté como si lo viera con frecuencia, cuando la realidad era que sólo nos veíamos cinco veces al año; para su cumpleaños, el mío, la misa de mis padres, una que otra navidad y para el algún entierro de uno de los tantos seres extraños de la familia.
Me dijo sin más rodeos que le quedaba poco tiempo en este mundo, que la enfermedad de la abuela los iba matando a ambos poco a poco. Después de esos veinte minutos retomé mi camino a lo de mi futura esposa. A pocos metros de su casa fue cuando lo descubrí. Ella no me amaba. Quizá suene a que fue un sexto sentido, pero la verdad fue que la ví besándose con un tipo que no viene al caso. Sin otra cosa en mente que una decepción tremenda que me invadía, me abalancé hacia este sujeto que estaba en el lugar correcto pero en el momento equivocado, y por el impulso de mi enojo este personaje cayó. No recuerdo con exactitud lo que ocurrió después.
Después de un año leí en un viejo periódico que se golpeó la cabeza con un ladrillo mal ubicado. Pero eso no cambió nada, yo sigo encerrado en esta prisión sin poder ni querer hacer nada. Hoy más que nunca me siento solo, rodeado de otros 56 presos y 42 efectivos policiales… pero solo.

SEXA

-Papá
-¿Hummmm?
-¿Cómo es el femenino de sexo?
-¿Qué?
-El femenino de sexo.
-No tiene
-¿Sexo no tiene femenino?
-No
-¿Solo hay sexo masculino?
-Sí. Es decir, no. Existen dos sexos. Masculino y femenino.
-¿Y cómo es el femenino de sexo?
-No tiene femenino. Sexo es siempre masculino.
-Pero vos mismo dijiste que hay sexo masculino y femenino.
-El sexo puede ser masculino o femenino. La palabra “sexo” es masculina. El sexo masculino, el sexo femenino.
-¿No debería ser la “sexa”?
-No.
-¿Por qué no?
-¡Porque no! Disculpá. Porque no. “Sexo es siempre masculino.
-¿El sexo de la mujer es masculino?
.Sí. ¡No! El sexo de la mujer es femenino.
-Y ¿cómo es el femenino?
-Sexo también. Igual al del hombre.
-¿El sexo de la mujer es igual al del hombre?
-Sí. Es decir… Mirá. Hay sexo masculino y sexo femenino, ¿no es cierto?
-Sí
-Son dos cosas diferentes.
-Entonces, ¿cómo es el femenino de sexo?
-Es igual al masculino.
-Pero, ¿no son diferentes?
-No. O, ¡sí! Pero la palabra es la misma. Cambia el sexo pero no cambia la palabra.
-Pero entonces no cambia el sexo. Es siempre masculino.
-La palabra es masculina.
-No. “La palabra” es femenino. Si fuera masculino sería “el pal…
-¡Basta! Andá a jugar.
El muchacho sale y la madre entra. El padre comenta:
-Tenemos que vigilar al gurí…
-¿Por qué?
-Sólo piensa en gramática

LITERATURA Y FELICIDAD

La literatura está cargada de fatalidad y de tristeza
¿Por qué? La vida no es siempre fea. Lo que pasa es que, en el fondo, la literatura es un conjuro contra la infelicidad y la desdicha. La gente quiere ser feliz. Pero la felicidad no hay que escribirla: hay que vivirla. O por lo menos intentar vivirla. En la literatura se pone el deseo, la nostalgia, la ausencia, lo que se ha perdido o no se quiere perder. Por eso es tan difícil escribir una buena historia feliz. La historia de amor más hermosa que se ha escrito es Romeo y Julieta. Pero es una catástrofe. Ella tiene 14 años y él 18, y terminan suicidándose. Qué linda historia de amor. Uno confunde la felicidad con felicidades, con ciertos momentos transitorios de dicha o alegría. La felicidad no existe. Existen pequeños instantes de felicidad, o alegrías fugaces, que, si se consigue perfeccionarlos en la memoria pueden ayudar a vivir durante muchísimos años. La literatura también es un intento de eternizar esos momentos.

DE NOCHE YO ESCRIBO

de noche yo escribo
de noche soy yo
la noche me inspira
la noche soy yo
no quiero nada del dia
pues de dia vivo mi mentira
solo la noche me entiende
porq la noche soy yo
la mañana me pone un disfraz
en la tarde sigo en papel de ajeno
pero de noche llego yo
la noche es mi momento
la noche me hace sentirme
la noche me invita a soñar
de noche yo siento q vivo
viviendo de noche quiero estar
fumar, tomar y volar no sirve de nada
son cosas q no quiero ni probar
porq de noche me siento tan vivo
y es lo único q me hace soñar
compañía como la noche no encuentro
amigos, familia, algún par
no necesito a nadie al lado
porq la noche no invita a buscar.

domingo, 24 de mayo de 2009

¿POR QUÉ LA GENTE GRITA?

Un día un maestro preguntó a sus discípulos lo siguiente:
-¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los discípulos pensaron unos momentos:
-Porque perdemos la calma dijeron. Pero, ¿por qué gritan cuando la otra persona está a tu lado?, preguntó el maestro. ¿No es posible haberle en voz baja? ¿Por qué gritan a una persona cuando están enojado? Los discípulos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.
Finalmente les explicó:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho y para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados están, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de la gran distancia.
Luego, el maestro preguntó:
-¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellas es muy pequeña.
El maestro continuó:
-Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, solo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente, no necesitan siquiera susurrar, solo se miran y eso es todo. Así es cuando están cerca dos personas que se aman.
Luego el maestro dijo:
-Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, porque llegará un día en que la distancia sea tan grande que no encontrarán de nuevo el camino de regreso.

ELLOS SON PODEROSOS

No digas que tienes sed, porque te darán un vaso con tu sangre.
No digas que tienes hambre, porque te servirán tus dedos cortados.
No digas que tienes sueño, porque te coserán con hilo los párpados.
No digas que amas a alguien, porque te traerán su corazón putrefacto.
No digas que quieres al mundo, porque multiplicarán los incendios.
No digas que buscas a Dios, porque te llenarán de brasas la boca.
No digas que está bello el rocío que dulcemente cubre los campos,
porque en cada gota celeste inocularán pestilencia.

JUAN EL TONTO

Había una vez un muchacho llamado Juan, al que todos apodaban “en tonto” porque parecía creerse todo lo que le decían, aunque fueran las mentiras más grandes del mundo.
Tenía por patrón a un hombre muy bromista que en cierta ocasión y deseando reírse de él, lo invitó a su casa a cenar, pues había carneado un chanco. Terminado el trabajo Juan fue a su rancho, se lavó, peinó, se puso unos pantalones nuevos y montando en su burro fue a casa de su patrón.
-¡Qué buen mozo te has venido muchacho!- exclamó al verlo –Vení, sentate que vamos a charlar un rato.
Y señalando los pantalones de Juan preguntó:
-¿Cómo se llama eso qué traes puesto? –Pantalones patrón.
-¡No tonto! Se llaman garabaltas – ¡Garabaltas! –Dijo Juan y se calló.
-¿A ver decime, cómo se llama eso?- le preguntó después el patrón señalando las alpargatas que tenía puestas. – ¡Pero patrón!, no me va a decir que no lo sabe, se llaman alpargatas, -sos vos el que no sabe: se llaman chirimiques.
-¡Chirimiques! –repitió Juan, asombrado. –Pero cómo puede ser que un muchacho como vos sea tan zonzo y no sepa cosas tan simples. Mientras esperamos que el asado esté listo, voy a enseñarte algunas cosas más. ¿A ver decime cómo se llama eso? -preguntó señalando al gato que dormía tranquilamente junto al fuego.
-¡Pero si es un gato patrón! –No, no, no, se llama avecazaratas -¡Avecazaratas! –Así es, ¿y a eso como lo llamas? –Fuego, patrón - ¡-no, no, no! Se llama alumbrancia. - ¡Alumbrancia! –Así es, pero vení, vamos a comer.
Mientras cenaban el patrón, que seguí con muchas ganas de burlarse de Juan, continuó preguntándole: -y eso ¿cómo se llama? –Pero patrón, es agua –No, hombre, es aclarancia - ¡Aclarancia!- repitió Juan. –Decime ahora, ¿cómo se llama eso que está afuera y se ve por la ventana? -¡Ah! Es un hermoso trigal, patrón- contesto rápidamente el muchacho. –No, Juan se llama bitoque.
-¡Bitoque! – Permanecieron callados un rato pero el patrón que se había propuesto reír toda la noche del muchacho, continuó preguntando:
-¿Viniste caminando Juan? – No patrón, en mi burro. – Pero no se llama burro, Juan, se llama filitroque - ¡Filitroque! – repitió. Terminaron de comer y sobre el asador quedaron varios chorizos, Juan al verlos dijo: - Que pena, patrón, que han quedado esos chorizos sin comer.
-¿Cómo los llamaste? –Cho-ri-zos. – Juan, se llaman filitraca - ¡Filitraca!
-Sí, sí, filitraca, y podés llevártelos si querés. Yo me voy a dormir, mañana tengo que madrugar- dijo el patrón, con ganas locas de salir de la cocina, para poder reírse de todas las tonterías que le hiciera creer a Juan.
Quedó el muchacho sentado junto al fuego, pensando en todo lo que le había dicho su patrón. Cuando de pronto saltó una brasa que cayó justo sobre el lomo del gato que dormía junto al fuego. El animal al sentir que se le quemaba el lomo, salió corriendo en dirección al trigal. Juan vió que comenzaba a incendiarse el trigo…, y gritó al patrón:
-Patrón, póngase los chirimiques y también las garabaltas
que el avecazaratas se ha ido vestido de alumbrancia
y si no viene con aclarancia se le quemará el bitoque.
¡Yo me voy en filitroque y me llevo la filitraca!
Al oír los gritos de Juan pero sin entender una sola palabra de lo que decía, el patrón salió corriendo. Y encontró el trigal envuelto en llamas. El esplendor del fuego iluminaba todo el campo y a su luz pudo ver a Juan montado en el burro se iba llevando los chorizos que habían quedado y lo saludaba con la mano.